lunes, 19 de octubre de 2009

EL OCIO


En algunas épocas se fomentaba y en otras, en cambio, se consideraba que tenía que erradicarse como causa de todos los males. Griegos y romanos adoptaron una idea de ocio basada en la fi losofía de la mejora del individuo y de la comunidad. El individuo se convertía en mejor persona a través del deporte, las artes y el conocimiento. En Roma había una clase ociosa, gente con fortuna y posición que no tenía que trabajar para vivir. Fueron los primeros que hicieron accesible el ocio a todos, incluidas las clases obreras. Estadios públicos, baños y jardines fueron construidos para ser utilizados por todos. Finalizado el imperio, el péndulo giró hacia la devaluación del ocio en los primeros tiempos del cristianismo; considerado como símbolo de la decadencia y la permisividad del imperio, se destruyeron estadios y baños. El cristianismo emergió con el concepto del aquí y el más allá, que dio como resultado una fi losofía de estricta negación del yo y obediencia religiosa. Deportes, educación, artes y tiempo libre fueron prohibidos para adultos y niños. Durante el Renacimiento se asoció el ocio con la autoexpresión a través del divertimento, la educación y las artes. Con la reforma protestante los ideales del ocio fueron prohibidos de nuevo, continuando a través del calvinismo. De nuevo negación del yo, estrictos valores religiosos y producción económica, todo relacionado con el trabajo.

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